domingo, 6 de noviembre de 2011

COMPARANDO LIBROS ANTIGUOS Y NUEVOS


 
Desde la creación de las primeras escuelas hasta ahora, se han producido numerosos cambios, puesto que nuestra sociedad ha ido evolucionando de forma constante hasta nuestros días, al igual que la educación, y como consecuencia, el material educativo.

Antiguamente, la enseñanza era mucho más estricta y conservadora. Se realizaba a través del formato de papel. Con grandes libros que poseían escasas ilustraciones, la letra en un mismo formato y generalmente en un mismo tamaño, no se empleaban demasiados colores, etc. En ellos, los alumnos debían aprender y desarrollar sus tareas. En cuanto a sus contenidos, se daba una gran importancia a la lectura, a la escritura, al álgebra y las operaciones, o a la geografía y la historia. Pero también aparecían en los libros de texto tareas que antes se consideraban imprescindibles, por ejemplo, el enseñar a las niñas las tareas del hogar.

Actualmente, estos contenidos se han ido ampliando cada vez más, a temas más amplios y diversos. Pero no sólo se han desarrollado los contenidos, sino también el formato de los libros. Poco a poco han ido evolucionando, cambiando los tipos de letra o los tamaños para llamar la atención de alumnos de determinada edad, ampliando el número de ilustraciones, jugando con los colores… En definitiva, creando libros más adecuados y adaptados para los alumnos de diferentes edades.
Tan grande ha sido el desarrollo experimentado, que se han aplicado las nuevas tecnologías también en el material educativo, de manera que han aparecido las pizarras digitales y se está promoviendo por parte de algunas de las editoriales más destacadas (SM, Santillana o Anaya) la creación de libros digitales. Estos libros digitales tienen el mismo contenido que los libros en formato de papel, con la diferencia que permiten una mayor interacción entre profesor y alumno, ya que los profesores pueden ampliar desde ese mismo libro el temario.

En mi opinión, estos libros suponen un gran avance, ya que nos aproximamos cada vez más a un tiempo en el que priman los ordenadores y las nuevas tecnologías. Creo que quizás en ciertos aspectos, estos nuevos formatos podrán ser más útiles tanto para los niños como para las familias a nivel económico y de salud, evitando la carga diaria de tantos libros. Sin embargo, creo que este tipo de formato no favorece el desarrollo de la motricidad en los alumnos y mucho menos de la escritura.
Con ellos, creo que crearemos a niños que cada vez quieran escribir menos, que serán más vagos en este aspecto, y que sólo sepan utilizar sus manos para apretar botones. Para mi gusto, el estudio de un libro de texto desde una pantalla de ordenador es más difícil.

A pesar de todo esto, considero quizás estos libros pueden funcionar muy bien como material de apoyo.

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